08 maio 2013

A FIDELIDADE: UMA DECISÃO

Queridas alunas,
A paz o Senhor!

Li o texto que segue abaixo esta semana (no site "Enfoque a la familia" - muito recomendável à família cristã) e achei que seria edificante compartilhá-lo com vocês aqui no blog. É uma texto voltado a casais casados, mas que certamente servirá de alerta para o solteiro que desejam um dia casar-se e manter-se fiel ao seu cônjuge. Vai em espanhol mesmo, pois creio que a maioria de vocês, jovens universitárias, sejam capazes de ler e entender. No domingo, comentaremos em classe alguns dos importantes conselhos dados neste artigo.
Espero que gostem! Boa leitura e bastante proveito.

Cristhiane Alves



La fidelidad: una decisión
Sixto Porras y Tanya Brizuela
“María”: ¿recibes a “José”, como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así amarlo y respetarlo todos los días de tu vida? “Votos matrimoniales
Ese día especial, el día de nuestro matrimonio. Para todos aquellos que ya hemos contraído nupcias, esa fecha marcó un cambio en nuestras vidas. Conservamos de ese momento gran cantidad de memorias, y al remontarnos en el tiempo, hasta podemos sentir nuevamente las “mariposas en el estómago” antes de desfilar con la marcha nupcial. Ese día todos los casados prometimos  ante el clérigo serle fiel a esa persona única y especial; y de este mismo modo, lo prometerán las parejas que se acercan a festejar ese gran día.
La fidelidad brota del amor a lo que es realmente valioso y significativo, ya sea hacia una amistad, la pareja o a los principios en los que creemos profundamente. Al decidir serle fiel a una persona o a un ideal, en resumen, lo que estamos haciendo es valorar la riqueza de aquella persona, o apreciar con vehemencia aquello que defendemos porque pensamos que en ello hay verdad.
El catedrático emérito de filosofía de la Universidad Complutense  de Madrid y miembro de la Real Academia Española de Ciencias Morales y Políticas, Alfonso López Quintás, en una entrevista a un medio de comunicación menciona que: “las palabras fiable, fe, confiar en alguien, confiarse a alguien... están emparentadas entre sí, por derivarse de una misma raíz latina: fid. El que descubre el elevado valor del amor conyugal, visto en toda su riqueza, cobra confianza en él, adivina que puede apostar fuerte por él, poner la vida a esa carta y prometer a otra persona crear una vida de hogar.”
Ahora bien, si este valor es trascendental en las relaciones de amistad, pensemos cuánto más en las sentimentales; en otras palabras, aquella relación en la que hemos puesto todo nuestro corazón y a la que especialmente hemos prometido ser fieles. Si bien, en la actualidad se han ido diluyendo ciertos valores que antes eran norma, como el peso de dar la palabra, la fidelidad aún es posible al mismo tiempo que es imprescindible sobre todo si deseamos una relación honesta que tenga 'éxito a través de los años.

La fidelidad es un elemento importante que nos ayuda a cultivar una relación sincera y honesta, mas para ello, es necesario sensibilizarnos en su importancia al tiempo que aprendamos estrategias para escapar de situaciones peligrosas.
Este valor se practica entre dos personas libres, que se  aman, se respetan y desean construir un futuro estable; por lo tanto, ser fiel es la decisión de honrar la relación de pareja y el compromiso de exclusividad que asumimos al unir nuestra vida a la de esa persona amada, nuestro conyugue. Por lo que, el ejercicio de la fidelidad se debe practicar desde las emociones y los pensamientos, ya que es allí donde nacen las acciones; en el deseo del corazón.

Recomendaciones prudentes
Es un mito pensar que por amar a nuestro cónyuge no seremos atraídos por alguien del sexo opuesto en alguna ocasión. De ahí que, al atravesar un momento de peligro como ese debemos realizar una mayor intervención en la relación matrimonial, esto es, tomar la “pastilla” diaria que nos levante las defensas contra la infidelidad. En este momento de vulnerabilidad deben surgir todos los razonamientos necesarios que nos motiven a pensar en esa persona amada, en sus cualidades y en las cosas que, tal vez por el correr diario, hemos dejado de abonar a la relación.
Un detalle importante a considerar cuando se sienta atraído por otra persona que no es su conyugue es preguntarse: ¿Por qué es fácil ilusionarse con una persona extraña que se presenta interesada en nosotros, amable, atractiva y sensual? Porque, la novedad excita y oculta las imperfecciones.

Los sentimientos hacia una persona del sexo opuesto se pueden desarrollar cuando se está en una situación de contacto frecuente. En estas situaciones existe la oportunidad de que se desarrollen la atracción, afecto y pasión. Esto puede ocurrir entre compañeros de trabajo, amigos íntimos, o vecinos que invierten más tiempo en esa relación de amistad que en su matrimonio. Inicialmente ésta relación puede parecer muy natural, casi irresistible y hasta justificada con disculpas como: “sólo somos amigos”, o “en casa no me entienden y esta persona si me escucha y comprende”, entre otras.
Por lo tanto, es importante conocer nuestra vulnerabilidad. Algunos  especialistas sugieren la existencia de factores que estimulan la atracción y la química  corporal como: la apariencia física, el hecho de que una persona sea muy sociable, intelectual o atenta, una fragancia atrayente en alguien disponible o el consuelo en momentos de dolor. Es importante aclarar que las circunstancias pueden ser casuales, pero si no se cultiva la relación matrimonial en pequeños detalles como: arreglarnos para nuestra esposa o nuestro esposo, oliendo rico para él o ella, ya que si dejamos espacios descuidados que son importantes para nuestra pareja, es posible que una tercera persona se introduzca en esas grietas que hemos dejado crecer en la relación marital.
Si está experimentando atracción por alguien más que su cónyuge, deténgase mientras aún hay tiempo, ya que al quebrantar el pacto de fidelidad, se quiebra la confianza que es como un frágil cristal difícil de reparar. El precio de hacerle daño a la persona amada debe considerarse muy seriamente. Algunas cicatrices podrían ser que nuestra pareja pierda la confianza y el respeto, así como amigos y familiares que se enteren de la situación e igualmente se vean afectados.
Adicionalmente, para cubrir la infidelidad se desarrollan otras conductas nocivas tales como la mentira, la irresponsabilidad y el abuso. Por otro lado, es frecuente que las finanzas familiares se vean afectadas y se experimentan sentimientos de culpa y soledad. En resumen, se pone en riesgo el proyecto de vida que se ha venido construyendo con esfuerzo individual y familiar a través de los años.
Sin importar el motivo que utilicemos para justificar la infidelidad, las consecuencias siguen siendo las mismas: la persona infiel tiene que mentir, ocultarse, se llena de culpa, y de un momento a otro compromete su vida, la de los suyos, su honor y credibilidad, con consecuencias lamentables.
Constantemente, debemos preguntarnos si vale la pena arriesgar lo que nos ha costado construir, por tanto tiempo: la familia que amo, la admiración de mis hijos e hijas, el respeto de los míos, la confianza que genera ser una persona de palabra, la salud, y tranquilidad emocional. Este ejercicio nos permite valorar lo verdaderamente importante en la vida y reconocer la futilidad de una relación extramarital cuando hay tanto en juego.
Por consiguiente, ante cualquier otra ocupación cultive la cercanía con su conyugue, procure el contacto físico y la comunicación. Estos son elementos que nos ayudan a mantener la relación fuerte y saludable. De este mismo modo, en momentos de vulnerabilidad refúgiese en su pareja o en una persona cercana, confiable y prudente que le escuche, le ayude a ver las cosas claras y le brinde consejos para procurar la fortaleza de su matrimonio.
Algunas precauciones y recomendaciones para proteger su relación matrimonial son las siguientes:
-Reconozca la propia vulnerabilidad: si se encuentra amenazado por la atracción hacia otra persona.  Por ejemplo, queremos ver a alguien que nos agrada mucho, recibir y hacer llamadas muy frecuentes, sentir que nos hace falta ver y hablar con esa persona.
-Procure buenos amigos: preste atención a las advertencias de sus amigos, o de su propio cónyuge, que percibe el peligro. No desestime estas advertencias y tome medidas inmediatas, de ahí la importancia de tener amigos que protejan su matrimonio. Atienda sus consejos y recomendaciones.
- Busque cultivar la relación marital: Mantengan proyectos juntos y cuiden la privacidad del hogar, diviértanse juntos. Cultive una buena, franca y profunda comunicación con su cónyuge. Resuelva conflictos, desilusiones y no acumule resentimiento.  No disminuya la atención y cuidado de los detalles y demás ayudas emocionales y afectivas que refuerzan la vida íntima conyugal.
-Piense en las consecuencias: Debe ser consciente de que sus sueños y planes pueden obstaculizarse y verse truncados por una aventura.
Bibliografía:
Porras, Sixto (2006): La fidelidad en el matrimonio. Enfoque a la familia. San José, Costa Rica.
Aciprensa (s. f.): El valor de la fidelidad matrimonial. Entrevista a López Quintás, Alfonso. Elaborada por María Ángeles Almacellas.

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